Colgante de Chenresi, OM MANI PADME HUNG

Preciosa escultura de para llevar sobre el chakra del corazón a  tu protector el buddha CHENRESI que aporta amor y compasión y disipa con esta luz blanca pacificadora los oscurecimientos mentales de la ira y del egoísmo, su poderoso mantra esta por detrás …

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Esta pequeña escultura de chenresi, o Avalokiteshvara, en sánscrito, en tíbetano Chenrezig. Chenrezig es una palabra tibetana compuesta de la partícula chenre, que significa ojos, y zig, que significa mirar. En consecuencia, Chenrezig puede traducirse como “ojos que miran”. Es el gran bodhisattva que personifica la compasión.

Emanación del buda Amitaba, se le considera como su manifestación en Sambhogakaya, que se despliega bajo toda suerte de formas para acudir en ayuda de los seres vivos. Cuando Chenrezig observó a los seres con su gran compasión, vio que estos estaban cubiertos de muchos velos kármicos resultado del deseo, la aversión, la ignorancia, los celos, y el orgullo. Su sufrimiento era innumerable. Entonces, derramó una lágrima desde cada ojo. Tara apareció de la lágrima en el ojo derecho y la diosa Lhamo Trulnyerchen de la del izquierdo. Las dos deidades se volvieron hacia él y le dijeron: «No estés asustado. Te ayudaremos con tu misión para beneficiar a los seres.» Luego, se fundieron nuevamente en sus ojos.

 

En presencia de Amitabha, Chenrezig  hizo una promesa pensó: «Mientras que haya un solo ser que no haya obtenido el despertar, me esforzaré por el beneficio de todos, y si rompo esta promesa, ¡pueda mi cabeza y cuerpo romperse en mil pedazos!» Amitabha entendió este  pensamiento y le dijo, «Esta promesa es excelente. Yo y todos los buddhas de los tres tiempos, hemos tomado esos compromisos, y hemos obtenido el despertar por el beneficio de todos. Yo te ayudaré a cumplir eso que has prometido». Entonces, el cuerpo de Chenrezig emitió seis rayos de luz que produjeron emanaciones para poder actuar en beneficio de todos y cada uno de los seres en los seis reinos: humanos, dioses, semi-dioses, animales, espíritus hambrientos y seres infernales. Así, trabajó durante muchas kalpas.

Un día, desde la parte más alta del monte Meru, miró con su ojo de sabiduría para ver si había liberado a muchos seres y si el número de seres en el samsara había descendido. Lamentablemente, vio que eran aún innumerables, lo que le sumió en una gran tristeza: «Yo no tengo la capacidad de ayudar a los seres; es mejor que descanse en el Nirvana.» Este pensamiento contradijo su promesa, y explotó en mil pedazos cayendo en un intenso sufrimiento. Amitabha, por el poder de su gracia, reconstruyó el cuerpo de Chenrezig, le dio once caras y mil brazos similares a mil bastones de la rueda de un monarca universal, y mil ojos que simbolizan a los mil buddhas de la kalpa presente. Con esa forma, además de con las de dos y cuatro brazos, Chenrezig pudo ayudar a los seres. Amitabha le pidió a Chenrezig retomar su promesa con aún más vigor que antes y luego le trasmitió el mantra de las seis sílabas:

OM MANI PADME HUNG.

En el Tibet, este mantra está en boca de todos, escrito o grabado sobre piedras planas o en los molinos de plegarias. Se recomienda su recitación para cualquier situación de peligro, de sufrimiento, para ayudar a los que sufren y a los difuntos.

La representación más usual de Avalokiteshvara, Chenrezig, es aquella en que aparece de color blanco resplandeciente y tiene cuatro brazos. Está sentado en posición de loto con dos manos unidas a la altura del corazón. Estas manos sostienen la joya chintamani (la joya que concede todos los deseos) que es la boddhichita. Sus otras dos manos sostienen un mala  con la forma del infinito para decir que esta en contacto infinito con el mantra y una flor de loto que simboliza que CHENRESI puede ver los tres tiempos..

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